viernes, 27 de diciembre de 2013

LAS ESCOLLERAS Y SU HISTORIA, "UNA GRAN OBRA" (1904-1905 / 1909-1910)


Inauguración de las obras de canalización, colocación de la piedra fundamental de las obras por el ministro Emilio Civit 1904.


 
DEFENSAS (ESCOLLERAS) Y PASO LA BARRA
1era PARTE AÑOS 1902-1905, DEFENSA  SUR Y CANALIZACION RIO GUALEGUAYCHU.

Corría el mes de Febrero de  1902 y hacía tiempo que Gualeguaychú venía bregando para que se hiciera algo en pro de la canalización del rio Gualeguaychú, su pequeño estuario, arteria fluvial que daba vida al comercio, no solo local, sino el que se extendía  a los departamentos vecinos.

La boca del rio Gualeguaychú, solo tenía agua en los grandes repuntes, pudiendo asegurarse que en la mayor parte del año su nivel fluctuaba entre los 2 a 4 pies, los buques quedaban esperando en la entrada del canal, unos 1000 metros afuera y transbordando mercaderías y pasajeros en chatas de poco calado.

Los primeros reclamos por la canalización arrancaron allá por la década de 1860 en adelante, y solo se consiguieron, en épocas distintas, dos veces él envió de la draga, que por una causa u otra tuvieron que abandonar el trabajo a medio concluir.

Todos los proyectos estaban en la carpeta del olvido, mientras tanto el comercio, la producción y el viajero sufrían incalculables perjuicios por la escasez de agua en el rio Gualeguaychú, por su canal de entrada cubierto por bancos de arena y en su interior de piedras.

El movimiento de Gualeguaychú en crecimiento, que importaba y exportaba mercancías y frutos como ningún otro departamento de la provincia, necesitaba mejorar sus servicios de transportes fluviales, trayendo embarcaciones más grandes que reunieran las comodidades más indispensables para el alojamiento de pasajeros y cargas.

Uno que otro buque se arriesgaba a cruzar los bancos de arena de la barra del rio Gualeguaychú, con el consiguiente perjuicio de una estadía forzosa, por las continuas varaduras y con el obligado recargo de fletes que tenía que soportar el comercio. Los buques tenían que ser cargados con barcazas  que iban y venían hasta el puerto o frigoríficos.

En este estado, debía entonces el gobierno poner pronto remedio a estos graves males; ninguna industria, ningún capital podía arriesgarse, cualquier empresa que se intente tendía a fracasar y entonces ya era época que se mire con seriedad este asunto.

El transporte de pasajeros que era atendido por la única empresa, propiedad del señor Nicolás Mihanovich, se hacía mal, pesimamente mal, los pasajeros se quejaban por los medios de comodidad e higiene de sus buques y se le exigía que estos reunieran condiciones que les permitiera fácil entrada al canal, que tuvieran poco calado, para que se supriman esas demoras y que se cumplieran sus itinerarios, y Gualeguaychú conociendo estas dificultades, tenía en sus manos tenía el remedio, adquiriendo uno o más vapores que reunieran las condiciones apuntadas. 

En el año 1902 un grupo de caballeros del pueblo de Gualeguaychú empezó a movilizarse para que realizaran una medida pronta y eficaz, no pedían la realización inmediata de  una obra grande y costosa, sino una elemental para la navegación, limpiar la obstrucción de la boca del Río Gualeguaychú.

En los salones de la municipalidad se reunió la comisión “Puerto Gualeguaychú” con el fin de dar cuenta de la contestación que hiciera el Señor Administrador del Ferrocarril central Entrerriano, sobre el concurso en pro de los trabajos que podría prestar la empresa.

El resultado fue negativo, y a través de un telegrama, se juntó la comisión “Puerto Gualeguaychú”  tomo una resolución enérgica y decisiva, nombro una comisión especial para que se trasladara a la Capital federal y gestionara del Gobierno Nacional, el traslado del tren de dragado que estaba trabajando en el rio Uruguay (frente a Colon), a la boca del rio Gualeguaychú para darle el calado que era necesario para la navegación.

Integrantes de la comisión especial fueron: Don Luis Clavarino, Dtor. Juan C. Goyri, Don Joaquin Goldaracena, Don Luis Sechi, Don Gustavo Deken y el secretario de la comisión Don Juan Manuel Cabrera Duarte.

Se nombró una comisión redactora de la petición que el pueblo debía firmar y que sería presentada por la comisión especial recayendo, tal cometido en los Señores Ciriaco Bustamante y Cabrera Duarte.

La comisión encargada de recolectar los fondos para atender estos gastos, que no podían exceder de dos pesos la cuota, fueron los Señores: Salvador Rossi, Domingo Carabelli, Carmelo Gavazzo y José Fravega.

La comisión Puerto de Gualeguaychú  mando una petición que se elevó al congreso de la Nación suscrita por los vecinos de Gualeguaychú, Gualeguay, Uruguay, Concordia, Colon, Tala y Villaguay, un verdadero plebiscito, una reclamación imponente, donde los pueblos llevaron al recinto en donde se deliberaba sus destinos la expresión de una necesidad de que dependía su porvenir.

Así fue el mensaje:

Honorable Congreso de la Nación:

Los que suscriben, ciudadanos y extranjeros, en uso del derecho de petición consagrado por la Constitución Nacional ante V.H. comparecemos y exponemos: que venimos a pedirle al Honorable Congreso que, dándose perfecta cuenta de la importancia que tiene para el desarrollo del comercio y de las riquezas nacionales, la zona comprendida entre los ríos Paraná y Uruguay, la habilitación de un puerto de ultramar sobre la margen de este último, se sirva a despachar el proyecto pendiente de su sanción, rechazar la idea de fundar el puerto proyectado en “El Abrigo” que tiene los inconvenientes que pasamos a enumerar.

Cada una de esas poblaciones urbanas, es la sede administrativa de un partido, donde se desenvuelven fuerzas y vitalidades nacionales, que pesan poderosamente en la balanza de exportación de productos propios para equilibrar el movimiento de la importación de productos extraños.

Todos los que firmamos esta solicitud somos comerciantes, industriales o vecinos de las ciudades de Gualeguaychú, Gualeguay, Uruguay, Concordia, Colon, Tala y Villaguay y centro de población florecientes y de antiguas fundación en la provincia de Entre Ríos.

No necesitamos encarecer la importancia que tiene para toda la rica comarca comprendida entre los rio mencionados, la canalización del rio Uruguay y sus afluentes a una profundidad tal, que pudiera dar acceso a los puertos, a los buques de ultramar que sirven para el comercio de importación, V.H. ya lo a reconocido, en distintas ocasiones y al aceptar y despachar una de sus cámaras el proyecto que autoriza la construcción de puerto de Gualeguaychú pero, pero en momentos en que todos creíamos que la magna obra seria realizada en las condiciones que lo exigen y reclaman las verdaderas necesidades del país, parece que se cruzan intereses e influencias privadas, que pueden venir a hacer malograr tan gran proyecto.

Se nos ha asegurado, honorable señor, que Don Saturnino Unzué, por su lado, a presentado también a H.V. una solicitud pidiendo también la construcción de un puerto de ultramar en campo de su propiedad denominado “El Abrigo” , y cuya ubicación, según puede comprobarse por el plano adjunto, vendría a colocar ese puerto en el centro del área que hoy separa las ciudades de Gualeguaychú y Uruguay, absorbiendo para la nueva ciudad a construirse todos los elementos que hoy constituyen la existencia de aquellas dos viejas poblaciones de la Provincia de Entre Ríos.

Es de pública notoriedad, Honorable Congreso, que el proyecto del Señor Unzué tiene por únicos objetivos valorizar los campos de su propiedad en aquellas comarcas, cediendo la concesión una vez obtenida a la compañía de los Ferro Carriles de Entre Ríos.

La lucha que va a producirse en los debates que antes V.H. tengan lugar, estará representado de un lado por los intereses de todas la ciudades de la costa del Uruguay y todos los productores de la Mesopotamia Argentina y del otro por los intereses de un propietario de terrenos y de una empresa de Ferro-Carriles.

Es en representación y defensa de los primeros que nosotros ocurrimos a V.H. y que nos permitamos fundar nuestros derechos para procurar obtener que V.H. rechace el proyecto del Señor Unzué, y acepte el presentado por el Señor Domingo G. Sobral.

Los inconvenientes que ofrece  el proyecto del señor Unzué son numerosos y de distinta índole. El primero que aquel ofrece, es la propia declaración del señor Unzué de que su primer propósito es fundar una ciudad moderna en “El Abrigo”,  ligándola por ramales de Ferro-Carriles a los que actualmente existen en las ciudades de Entre Ríos y corrientes.

No seremos nosotros los que combatamos las fundaciones de centros que sirvan de núcleo a poblaciones nuevas, en tan vasto territorio como es el de la República Argentina; pero seremos, si, de los que ocurran a las autoridades pidiendo que no sacrifiquen en obsequio de ciudades futuras la existencia de ciudades florecientes en la actualidad.

“El Abrigo” el punto elegido por el Señor Unzué para su futura ciudad, es un paraje inhabilitado actualmente.

Su situación como lo comprueba el plano adjunto, es solo a cinco leguas  de Gualeguaychú y a quince de Concepción del Uruguay, de manera que no existe circunstancia económica o política que aconseje la fundación de un nuevo centro urbano, de atracción poderosísima, en esa región.

Por el contrario: los intereses locales de Entre Ríos y los mismos intereses generales de la República, deben concurrir a rechazar semejante proyecto. Fundada una ciudad en “El Abrigo”, y convertida esta en cabeza forzosa de toda la red ferro-viara de las provincias de Entre Ríos y Corrientes, vendría a establecer un monopolio para el transporte de todas las mercaderías  en favor de las Ferro-Carriles de Entre Ríos, entregándole a ellos la importación y exportación de todos los productos que no importasen o exportasen a Corrientes y Entre Río siendo evidente la ruina que tal monopolio produciría, para todos los demás puertos del Uruguay, con lo que sufriría enormemente la propiedad de la Nación. 

Esa nueva ciudad atraería sobre ella todo el movimiento comercial e industrial de la rica región comprendida entre los ríos Paraná y Uruguay y originaria rivalidades y enconos entre aquellas poblaciones como consecuencia de la ruina injusta de unas, en beneficio exclusivo de otra.    

Los celos naturales de predominio fomentados por esta preferencia, concluirá por destruir la armonía que hoy existe y con ella el fruto sagrado de más de un siglo de labor.

Muchos de los firmantes somos industriales, comerciantes y vecinos de Concordia, la tercera ciudad de la República, si su importancia ha de medirse por su valor comercial.

Las dos terceras partes de la población y de la fortuna de Entre Ríos están reunidas en las ciudades en cuyo nombre hablamos, y es a estas a las que se viene a amenazar, en plena florescencia, con crearles una poderosa rival en “El Abrigo”.

Más lógico, más natural fuera fomentar el crecimiento de lo ya existente, perfeccionando sus actuales puertos hasta ponerlos en las condiciones que exigen el desarrollo de su comercio y de sus industrias, y de los pueblos del alto Uruguay.

Los elementos que hoy existen acumulados en las ciudades mencionadas, deben ser favorecidos por la sanción de V.H., en vez de emplearlos en fundar nuevas ciudades innecesarias, y cuya erección solo vendría a beneficiar a los propietarios del terreno, y a las líneas ferro-carril que a ellos se ligan en el proyecto del Señor Unzué.

Si no fuera por temor de fatigar la atención de V.H. haríamos aquí la demostración de las ventajas que presenta la propuesta presentada el año anterior a V.H. por el señor Sobral para construir el puerto en Gualeguaychú, pero no lo haremos porque tampoco queremos aparecer como los interesados que defienden sus propias conveniencias en contra de otros intereses antagónicos.

Si V.H. hiciese averiguar quiénes somos los que suscribimos esta solicitud, se convencería de que ninguna de las firmas responde a otros móviles que los que inspira el verdadero deseo de que el país prospere, ayudando los esfuerzos de los que en épocas aciagas, hemos tenido fe en su porvenir.

Todos nuestros intereses, nuestras industrias, nuestros comercios, están estrechamente vinculadas a las poblaciones y ciudades de la margen del Uruguay, en cuyo seno hemos bebido hasta hoy la savia que ha alimentado a esas regiones.

Sería injusto y antipolítico venir hoy a arruinarnos, solo por haber tenido fe en el porvenir de esas comarcas.

Seria contrario a todos los principios económicos y de buena administración, sacrificar los intereses cuantiosos de multitud de comerciantes e industriales, solo por favorecer a una empresa ferrocarrilera y a un propietario de terreno, que, en el peor de los casos, solo sería cambiar, en su propio campo, la ubicación del puerto, desde que tanto el de Gualeguaychú como “El Abrigo” pertenecen al señor Unzué.

Las razones que ligeramente hemos apuntado, y el valor representativo de las firmas que lleva esta solicitud, deben bastar para que V.H., antes de decidir definitivamente sobre la ubicación del nuevo puerto ultramarino del Uruguay, pese a las consecuencias que, para el porvenir de estas regiones puede tener uno u otro de los parajes indicados en los proyectos respectivos.

Sera justicia etc.

Se empezaba así a imponer el proyecto de Domingo. G. Sobral (ingeniero que quería la construcción de un puerto de Ultramar), para construir un puerto amplio, con sus anexos , para dar cabida en Gualeguaychú a buques de alto bordo y estaba en el interés de los pueblos de la costa del Uruguay y los interiores de la provincia, cuyo movimiento comercial, se basaba en la privilegiada ubicación del nuestro y la situación topográfica de Gualeguaychú, próxima a la costa de un gran rio, Uruguay, y próximo al centro, a la cabeza del movimiento comercial en Sud América, buenos Aires. 

                Para que el puerto de Gualeguaychú hubiera sido de ultramar, tendrían que  haberse dado  19 pies de profundidad al canal a dragado, desde las aguas hondas del rio Uruguay y la desembocadura del Gualeguaychú, por ser esa profundidad la que se  asigna a los pasos de Martin García.

La profundidad de Gualeguaychú alcanzaba, por ese entonces hasta 30 pies y podían  navegar en él, todo barco que entrara al Rio de La Plata, con solo dragar algunos pequeños trechos  que no tenían más que 12 pies. Su ancho varía entre 150 y 300 metros.

El cubo de la excavación que se proyectaba dentro del Gualeguaychú iba a ser de 1.800.000 ms. y se estimaba un costo de 540.000 $ papel, el cubo del canal de entrada 1.200.000 ms. pensaban que costaría 360.000 $, el costo total del puerto 2 millones de papel.

Este puerto sería el de salida de todos los productos de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Provincias Brasileras, del Uruguay y el Paraguay. El viaje a Misiones que era de 7 días hubiera quedado reducido a 48 hs por Gualeguaychú, navegación y ferrocarril.

La margen izquierda del Gualeguaychú se hubiera podido ocupar toda con establecimientos industriales, Saladeros, Frigoríficos, Molinos, Aserraderos, Curtiembres, etc.

El Abrigo sería un  puerto inconveniente por su mucho costo y su mala orientación y por estar rodeado de esteros.

No había en él ninguna población y estaba próximo a dos ciudades que tenían cada una el suyo y que serían absorbidas por ese en virtud del monopolio ejercido por las compañías de Ferrocarril asociadas al señor Unzué.

La construcción de ambos sería un error patentizado por lo ya sucedido en el de Buenos Aires y La Plata y los dos de Bahía Blanca en donde fracaso la concesión Godio, por estar las vías de acceso todas en poder de la empresa del Ferrocarril del Sur, que tenía el suyo y que en las tarifas diferenciales destruyo también el cabotaje en Mar del Plata.

                                                                                                  Domingo G. Sobral

                                                                                                  Junio 20 de 1902

La opinión general se inclinaba a favor de la construcción del puerto de Gualeguaychú.

Por las facilidades que presentaba la construcción del proyecto presentado por el ingeniero Sobral, como se había dicho se venía imponiendo.

El Congreso de la Nación y el Poder Ejecutivo no podían mirar con indiferencia el problema en que estibaba el desenvolvimiento económico de una importantísima zona de la república.

Lo más costoso seria indudablemente la canalización de la Boca hasta llegar a las aguas hondas del Uruguay, pero en la forma proyectada no ofrecía dificultad y podría hacerse rápida y económicamente.

Los escollos del Rio Gualeguaychú serían insignificantes pues se trataría de remover algunas piedras insignificantes en muy corto trecho

Las muchas publicaciones que se venían realizando y que revelaban el serio estudio que se había hecho del asunto, demostraban las razones económicas y políticas que concurrían a abonar al proyecto del puerto de Gualeguaychú. Haciendo publica la protesta en todo el litoral entrerriano contra el proyecto del señor Unzué.

El Pueblo de pie

Varios caballeros se pusieron al habla para realizar una asamblea y quien fuera el presidente de la Municipalidad señor Juan José Franco, que tan interesado estaba en cooperar con todo lo que se relacionara con el progreso para Gualeguaychú, realizo la convocatoria a la asamblea.

Totalmente exitosa el 31 de julio de 1902 por la noche se reunieron en los salones de la Municipalidad, que resultaron chicos por la congragación del pueblo.

El señor Franco explico en breves y explicitas palabras el objeto de la asamblea y no hubo ni una sola opinión discordante, la idea fue aclamada.

¡Hay que ir a Buenos Aires dijo alguien!, en ese momento el señor Luis Secchi expreso la conveniencia de que  el pueblo de Gualeguaychú debía ir con el mayor número posible a las mismas puertas del Congreso de la Nación, o significar a los legisladores, la necesidad imperiosa de apoyar la justa reclamación del pueblo para sancionar favorablemente el proyecto de puerto que discutía la comisión de Obras Publicas de la Cámara.

Si se ha dudado de la autenticidad de las firmas, no se dudara de nosotros, argumento Secchi, los representantes del pueblo de la Nación Argentina, no podrán cerrarse los oídos ante la solemne petición que hagan a puertas del recinto de las leyes.

En la asamblea se nombró una comisión que se debía poner  en campaña inmediata y al efecto se declaró en sesión permanente, para darle forma rápida al pensamiento. ¡A Buenos Aires!

La compusieron los señores: Juan José Franco, Luis Secchi, Leopoldo R. Villar, Juan José Buschiazzo, Luis Luciano, José B. Casaretto y domingo Caravelli, siendo el local de reunión la casa Municipal.

¡A Buenos Aires!

El Censor y El Noticiero ambos diarios de Gualeguaychú acompañaron a la delegación que viajo a Buenos Aires en vapor expreso a gestionar el pronto despacho del proyecto del puerto Sobral y destruir con hechos y desvanecer con números, que no engañaban las falsas aseveraciones de los del “trust” del puerto único en el Abrigo, de acuerdo con la empresa del ferrocarril. Las comisiones no abandonaron su tarea durante una sola hora hábil y el presidente de la Municipalidad señor Juan José Franco y sus dignos colaboradores, contaban con que el resultado de sus trabajos sería de grandes beneficios para Entre Ríos.

La comisión central que en Buenos aires visitaría a las redacciones de los principales diarios, invitaron a los directivos de los que enmudecieron por causas desconocidas a que envíen a sus representantes, quienes podrían juzgar si es en Gualeguaychú o en El Abrigo donde se debería construir el gran puerto de Ultramar, para darle salida a los valiosos productos de una de las regiones más ricas del País.

Como era convenido, la comisión partió el jueves 7 de agosto de 1902 a las 4 p.m., en un número no menor de doscientas personas, de los más expectables de la sociedad de Gualeguaychú, representando al comercio, la industria y demás ramos que constituían la riqueza de nuestro País.

Más de dos mil personas hicieron acto de presencia en aquel acto, adhiriendo así sus simpatías por el puerto de Gualeguaychú.

Más tarde y después de la llegada del tren, acompañados de una comisión del pueblo, se embarcaron el vapor JUPITER, los delegados de Villaguay, Tala, Nogoyá y Paraná, nombrados también en comisión para apoyar ante los poderes Públicos el proyecto del puerto Sobral.

Según telegramas que se recibieron la comisión arribo a Buenos Aires el viernes 8 de Agosto de 1902 a las 8 a.m., esperándolos en la dársena un numeroso pueblo que entusiasta le hizo una espléndida recepción, encabezada por el Centro Entrerriano y hablando en su nombre el joven hijo de Gualeguaychú Julio R. Etchebarne.

A las dos de la tarde, marchando en corporación al Congreso donde hablara el señor Presidente de nuestra Municipalidad Don Juan J. Franco, y al “País”, “Prensa” y “La Nación”, donde en nombre del pueblo de Gualeguaychú, hablara Cándido Irazusta, Policarpo De La Cruz Domínguez  y Juan M. Cabrera Duarte.

La gestión En Buenos Aires

     El más indiscutible mérito de la jornada que con justo título fue el héroe de la causa del pueblo, perteneció por entero al progresista y entusiasta Presidente de la Municipalidad Don Juan J. Franco, no estuvo solo y cooperaron eficazmente los miembros de la comisión provisoria de la delegación señores Luis Secchi,  Cándido E. Irazusta, Luis Luciano, Juan J. Buschiazzo, Juan M. Cabrera Duarte, Policarpo De La Cruz Dominguez, José Casaretto, Domingo Carabelli y demás entusiastas vecinos que en una u otra forma secundaron la fecunda iniciativa. 

   A la entusiasta despedida que el pueblo tributo a los viajeros, siguió la no menos entusiasta y significativa recepción por la juventud Entrerriana a su arribo a Buenos Aires, allí el Joven hijo de Gchú Julio R. Etchebarne, dio la bienvenida en nombre del Centro Entrerriano y expreso con elocuente y viril frase la adhesión sincera de la colectividad Entrerriana allí residente.      Enseguida un estrecho abrazo unió a los hijos de Entre Ríos que dieron comienzo a la tarea comprometida, realizándose en todas sus partes un programa de verdadera y fecunda labor.

Se designó como centro de reunión el lujoso y cómodo hotel de Londres, frente a la plaza de Mayo, allí a las once  en una mesa bien servida se dieron los últimos toques al programa que se llevó a cabo en el orden siguiente:

En el Congreso

El viernes  a las dos de la tarde fueron recibidos por el señor Presidente de la Cámara de Diputados  Don Benito Villanueva, donde el Presidente de la Municipalidad de Gualeguaychú Don Juan J. Franco hizo la entrega de la petición Entrerriana que encabeza Gualeguaychú, en demanda del despacho favorable del proyecto del Puerto del Ingeniero Don Domingo G. Sobral  y el rechazo del presentado por Don Saturnino Unzué para construir otro en Mal Abrigo, así denominado por el pueblo de Gchu.

El señor Franco explico con sencillez  elocuente y firme la legitima aspiración de este pueblo cuyos intereses parecía fueran indiferentes a los poderes públicos. El señor Villanueva escucho con mucha atención la exposición de franco y luego manifestó que dada la naturaleza del asunto podía asegurar que la Cámara le prestaría preferente atención y que procedería con justicia y equidad, que eran nobles y legitimas las aspiraciones de Gualeguaychú y que no dudaba del triunfo de su causa ofreciendo por su parte la más dedicada cooperación.

En los diarios

La primera visita se destinó a “La Prensa”, eran las cinco de la tarde cuando la numerosa delegación invadió el edificio, posesionándose inmediatamente de su amplio Hall.

Invitada la comisión directiva a subir al despacho de la dirección de su jefe señor Exequiel P. Paz, rodeado de los principales miembros del personal superior del diario, al oír la exposición que el señor Cándido E. Irazusta con la elocuencia que lo caracterizaba en nombre de la delegación por el proyecto Sobral del puerto de Ultramar, el señor Paz contesto, agradeciendo la visita y manifestando que aunque “La Prensa” en principio como ya lo tenía declarado era partidaria del mayor número de puertos que se construyeran en el litoral dedicaría a este asunto preferente atención y desde luego recopilaría los datos necesarios para hacer un meditado y serio estudio.

Después de la visita a “La Prensa” se pasó a “La Nación” donde la delegación entrerriana fue recibida por su personal superior con marcadas muestras de simpatía.

El señor Franco expuso el objetivo de la visita, reclamando la atención del gran diario sobre un asunto en el que estaban empeñadas tan importante fuerzas activas de la riqueza nacional; fue sumamente abundante en detalles tendentes a demostrar la razón que los asistía al hacer tal petición y concluyo solicitando la cooperación del importante órgano de publicidad.

A nombre de la dirección contesto el señor José Ceppi, uno de los más preparados diaristas argentinos que dio tantas y hermosas producciones a la prensa nacional, bajo el seudónimo  de Aníbal Latino.

Enseguida y cumplidos ya los fines de la visita, la delegación se retiró y se encamino a las redacciones de “El Diario”, “El tiempo” y “Tribuna”, donde los señores Cabrera duarte, Irazusta y Franco, expusieron brevemente el objeto de la visita recibiendo en todas ellas palabras de aliento y prometiendo decidida cooperación al gran pensamiento que perseguía Gualeguaychú.  

La última visita fue para “Caras y Caretas” de cuyo personal superior forman parte entrerrianos distinguidos. Fray Mocho,  supo  hacerles una franca y expansiva acogida, allí se conversó largo rato.

Delegaciones especiales visitaron otros órganos de publicidad, recibiendo iguales demostraciones de simpatía y gratas promesas.

Con el presidente de la republica

Mientras seguían visitando las redacciones de los diarios una comisión especial gestiono del primer magistrado de la Nación una audiencia, para exponer el objeto perseguido por la delegación y solicitar su preferente atención.

El General Roca tuvo la amable complacencia de recibir a los delegados  y en la conferencia se demostró satisfecho por el paso dado por Gualeguaychú que dijo lo enaltecía.

El señor Franco llevo la palabra explicando el móvil de la visita y abundo en consideraciones tendentes y demostrar la justicia de nuestra petición.

El presidente escucho atentamente su exposición llena de argumentos contundentes y luego manifestó: que era noble y legítima la aspiración de Gualeguaychú, que era merecedor del favor de los poderes públicos, que el asunto reclamaba un meditado estudio y que la petición seria preferentemente atendida procediendo ……… con estricta justicia..

El presidente se manifestó complacido de la visita y prometió preferente atención al asunto, despidiendo a la comisión con frases de aliento y estimulándola a preservar en su empresa que era digna del mejor éxito.

Otras visitas  

La comisión visito luego al Ministro de Obras Publicas de la Nación Dr. Emilio Civit, interesándose en la causa, manifestando  la promesa de hacer un meditado estudio y proveer en consecuencia con criterio recto y justiciero.

Aquí la conferencia de la comisión fue más detenida, abordándose el tema en todas sus fases,  pues era necesario, ya que el proyecto Sobral estaba en su estudio y para expedirse recabo de la delegación informes precisos, que recibió en parte verbalmente reservándose algunos puntos que se enviarían por escrito.

La cuestión puerto

A los 3 meses de las gestiones en Buenos Aires, el lunes 10 de Noviembre de 1902, el servicio de Telégrafo anuncio que quedaron convertidos en ley los dos proyectos Sobral y Unzue, el primero para llevar a cabo la obra en Gualeguaychú y el segundo en el paraje denominado “Mal Abrigo”.

La aprobación del proyecto Sobral, sería una poderosa valla opuesta al monopolio de Unzué, que construiría con su propio capital y en sus tierras.

La noticia no pudo ser más a propósito para destruir la desconfianza que se había apoderado de ciertos espíritus, al ver sancionados los dos proyectos, sobre puertos de Ultramar en Entre Ríos (Sobral y Unzué).

En una carta el ingeniero Domingo Sobral aseguraba  que Gualeguaychú podía contar con la realización de su proyecto.

El puerto de Gualeguaychú sería una hermosa realidad pese a las pretensiones monopolizadas del señor Unzué y pese también a los que vaticinaban un fracaso en las aspiraciones y en los anhelos que animaron al pueblo de Gchú desde los primeros momentos.

El 8 de Octubre de 1903, el pueblo de Gualeguaychú se pone de nuevamente de pie, dispuesta a bregar con tesón y sin desmayos, hasta conseguir una obra que reclame su presente y asegurara su porvenir: la canalización de su rio.

Ni bien surgida la iniciativa, se constituyó una comisión encargada de gestiona los trabajos.

La comisión quedo compuesta: presidente señor Isidoro A.Rodriguez, viceprimero señor Joaquín Goldaracena, vice 2do señor Angel F. Rios, tesorero señor  Jose B Casaretto, secretarios señores Asisclo T. Mendez y Juan José Buschiazzo, vocales Luis Secchi, Salvador Rossi, dtor. Santiago C. Diaz, Candido E. Irazusta, dtor. Emilio Marchini, Alfredo Elias, Juan Bagalciaga, Agustín G. Piaggio, Lorenzo Raggio, Nicolás Mendaro, Santiago Diaz y José Gavazzo.    

Dicha comisión redacto una nota dirigida al Ministro de Obra Publicas de la Nación Dr. Emilio Civit, destinada para llevar a los poderes públicos de la Nación los anhelos y aspiraciones del pueblo de Gualeguaychú y que llevaría el mayor número de firmas posibles. Con este motivo se dirigió un telegrama al senador por Entre Ríos Dr. Salvador Macía informándole que había quedado constituida una comisión para gestionar la canalización rio Gualeguaychú.

La declaración del Senador por Entre Ríos Dr. Salvador Macía de que el presupuesto de 1904 se fijara en 100.000 pesos oro destinados al dragado de nuestra arteria fluvial

El dragado

En la mañana del miércoles 25 de Noviembre de 1903, se encontraban en el despacho del jefe de la policía los ingenieros Gustavo Jolly y Alejandro Foster que dieron la grata noticia respecto a la obra que anhelaba Gualeguaychú.

En la presencia del corresponsal de “La Prensa” doctor Emilio Marchini y de un miembro de la comisión pro dragado el señor Cándido E. Irazusta, los ingenieros Jolly y Foster se expandieron franca y abiertamente sobre el asunto que los atraía y que tenían orden del Ministerio de Obras Públicas, de darle preferente atención al tema del dragado de la boca del rio Gualeguaychú´.

Como se tuvieron sospechas de que existían piedras en la boca, trajeron una chata perforadora y dos vaporcitos cargando los útiles necesarios a fin de comprobar lo que había de cierto en esa sospechas, que algunos decían que no tenían razón de ser pues las únicas piedras que podrían encontrarse, serían las arrojadas para servir de base a las boyas.

Traían como misión efectuar un prolijo estudio de nuestro rio para presentar a fin de año un plano completo, conteniendo todas y cada una de las observaciones recogidas y poder comenzar con ellas la canalización de la boca con un dique de defensa que se proyectaría construir al costado Sur y la limpieza del rio que en todo su trayecto ofreciera 8 pies en aguas mínimas.

A principios de febrero de 1904 pensaban que podría iniciar con los verdaderos trabajos que demandaba la obra que cuya duración seria de seis meses aproximadamente, dependiendo que las observaciones practicadas resultaran que no haya como se supo piedras en la boca.

Las exploraciones empezaron en la mañana del mismo miércoles, pues los señores Jolly y Foster partieron a las diez con destino a la boca.

El congreso de la Nación anuncio que voto la suma de 227.000 pesos para los gastos que demandaría la conclusión de las obras de entrada y defensa del rio Gualeguaychú.

Las investigaciones realizadas  por la comisión técnicas que dirigía el ingeniero Jolly, resulto que efectivamente encontraron piedras, pero ellas en vez de perjudicar, beneficiarían a la obra que se proyectaba, pues han sido encontradas a diez y once metros de profundidad, de manera que cuando se llevara a cabo la canalización, el lecho del rio opondría una seria resistencia al estacionamiento de las arenas.

Para el murallón de defensa, que se haría de piedra,  el ingeniero Jolly pidió y obtuvo datos de la jefatura de policía, respecto al lugar más cercano a la boca de donde pudiera extraerse la piedra.

En los campos de los señores Irazusta y Goyri, que son los más próximos, existían grandes canteras muy a propósito para el objeto mencionado.

La jefatura de policía se había encargado también de averiguar, a pedido del ingeniero Jolly, lo que costaría la extracción del metro cubico de la piedra.

Las obras de nuestro riacho, jueves 28 de enero de 1904 

Debiese hacerse una escollera al Sur de los canales, el ingeniero Jolly  inicio las correspondientes gestiones por un terreno, donde había piedra, situado en las proximidades del saladero de los señores Rossi  hermanos y de propiedad de los mismos, pero resultando muy elevado el costo total que importaba el precio de cincuenta centavos el metro cubico por solo el derecho de explotación, que era lo que se pedía.

Era el terreno más apropiado para el caso, pues la piedra se encontraba casi en la superficie.

En el campo del señor Ignacio Olaechea también había piedra, pero estas se encontraban a dos metros de profundidad, lo que demandaría mucho tiempo y más gastos.

En el paso la Guardia que se aseguraba había piedras, las que hubieran sido gratis, no había sino tosca.

El ingeniero Jolly en Concepción del Uruguay inicio iguales gestiones con la sucesión Basabilbaso por la piedra que tenían en el campo que se extendía del otro lado del ya mencionado Saladero. 

La excavación que se llevaría a cabo no bajaría de su nivel natural al suelo más de dos metros, de manera que el terreno no sufriría mayormente por la influencia de esa operación.

El nuevo canal se desviaría hacia el sur en un ángulo de 30 grados del canal viejo, por lo que representaría un apreciable ahorro de tiempo, de trabajo y de gastos.

Su profundidad seria en aguas mínimas de ocho pies, bajo un cero tomado en la bajante más grande producida en el rio Uruguay en 25 años observada en el saladero de Fray Bentos y once en aguas normales.

La piedra encontrada en la boca por los exploradores, en nada perjudicaría a la profundidad que se proyectaba dar al canal, pues se encontraba a diez pies todavía bajo el cero indicado anteriormente.

En el mes de febrero el ingenio Jolly  elevaría al ministerio de Obras Públicas, el proyecto de las obras  de canalización del rio Gualeguaychú adjuntando al mismo tiempo el presupuesto de los gastos correspondientes.

Calculaba que la obra, una vez comenzada,  estaría concluida entre ocho y diez meses a lo sumo.

La cantidad votada asciende a 250.000 pesos oro, creyendo el ingeniero Jolly que ese sería su costo más o menos.

Nuestro dragado

Acompañado por el subprefecto de Gualeguaychú señor Manuel del Puerto, salió en la mañana del sábado 27 de febrero de 1904 el ingeniero Pigassi a efectuar estudios en la boca del rio Gualeguaychú por orden del Ministerio de Obras Públicas, a objeto de iniciar las obras del dragado.

Los trabajos en la boca

Al mando de las obras de canalización estaban  los ingenieros Julio Henry y Colinski.

El lunes 6 de Junio de 1904 estaban bastante adelantados los trabajos en la boca, se había construido un muelle de madera, que entraba en el rio unos 100 metros aproximados, para el acarreo que las zorras harían de la  piedra y también estaban construyendo las fajinas que servirían de base al murallón de defensa.

La bajante del rio Uruguay permitió que las obras no tuvieran ninguna interrupción.

El muelle de madera se prolongaría unos metros más hasta encontrar hondura necesaria.

Sobre un banco de arena se proyectó una avenida de 140 metros de ancho más o menos por unos 340 metros más o menos  de largo y formarían esa avenida dos hileras de árboles a cada lado de sauces y sarandí, que contaría con un paseo en la boca.

Los ingenieros no daban tregua a los estudios y observaciones, como que la draga estaba lista para funcionar, terminando que sean estos trabajos preliminares.

Los elementos más indispensables se hallaban a la mano: la perforadora y dos grandes chatas con todos los aparatos e instrumentos que servirían a medida que avanzarían los trabajos, de medio de acción a los ingenieros y a unos 1.000 metros las maderas a utilizarse en las fajinas.

El personal se componía en total de unos setenta hombres más o menos.

Se trabajaba de seis y media de la mañana a cinco de la tarde, mediando como se comprendía el tiempo destinado al almuerzo.

El jornal diario era de dos pesos, del que a fin de mes se les hacia el descuento proporcional, para sufragar los gastos que demandaba el alimento.

En cuanto a la habitación que tenía el personal; la formaba un gran galpón construido sobre solidos pilotes.

El personal colocaba las fajinas que servían de base al murallón, muchas veces con el agua y el barro a la cintura.

Fiesta de inauguración de los trabajos de canalización del rio Gualeguaychú

             El 11 de Julio de 1904 se realizó la fiesta de inauguración de la obra de canalización en la Boca del rio Gualeguaychú, y la colocación de la piedra fundamental de la defensa a Construir por el Ministro de Obras Públicas de la Nación Doctor Emilio Civit, en representación del Presidente de la Nación Gral. Julio A. Roca, el Gobernador de Entre Ríos Dr. Enrique Carbó, Intendente de Gualeguaychú Cándido E. Irazusta y demás personas que hacían al contorno de la fiesta en cuestión

Mareógrafo

A principios del mes de septiembre de 1904 se colocó uno en el muelle del puerto, frente a la subprefectura, con el objeto de tomar la altura del agua. A su cargo estaba el señor Eduardo franco

Las obras de la boca, Viento en popa, miércoles 7 de diciembre de 1904

El canal ya pasaba de seiscientos metros; el murallón de defensa de cuatrocientos y los miles de toneladas de piedras depositados pasaban de seis.

El ingeniero Julio Henry tenía  la promesa de que dentro de dos meses agregaría a sus elementos de labor una nueva draga con las chatas necesarias,  lo que le daría a la obra un impulso rápido, pues empezaría a excavar desde el extremo contrario, es decir empezaría a dragar desde el canal hondo del rio Uruguay hacia la línea que sigue el iniciado el canal iniciado ya.

Aparte de esto se traería en el mismo plazo una maquina desgarradora de piedras llamada Derrocadora “108 C”, que se estaba armando en la cuidad de C. del Uruguay, para limpiar el paso de la Guardia y otros. Dicha maquina tenía un poder respetable, trabajaba con dos dientes que caían con un peso de dieciocho toneladas cada uno, tratando a la piedra como si fuera manteca.

Daba gusto visitar las obras; los vaporcitos cortaban con sus proas a toda velocidad las aguas por donde no hacía nada de tiempo se veía el banco de arena y el punto donde arrancaba la defensa, una espléndida terraza se extendía perfecta; hasta los ceibos del punto parecían asombrados de la metamorfosis.

La draga 9 C

Lunes 13 de marzo de 1905 llego la draga 9 C, la que comenzaría el trabajo por fuera de la boca del rio Gualeguaychú para adentro, haciendo el dragado en sentido inverso a la que estaba funcionando y calculaban que en 60 días estas dos se unirían, dejando así concluida la obra de canalización.

Para terminar el murallón de defensa faltaban aun 80 metros.

En el 3 de mayo de 1905, faltaban solamente 180 metros para que las dragas que trabajaban en sentido contrario terminaran su trabajo.

Quedaría así liberado el servicio público al nuevo canal. 

Los trabajos de dragado, jueves  18-5-1905

Se trabajaba con toda actividad y se encontraban tan adelantados los trabajos del nuevo canal, que dio entrada a un buque que calaba 11 cuartas (11 pies o 3.60 m.).

La goleta “ARROGANTE VALIDA” cargada con cargamento de sal y cascos vacíos para el saladero Nebel fue el primer buque en navegar el nuevo canal, pero como al señor Nebel  le apremiaba la sal y los cascos, obtuvo del ingeniero Pigassi, el permiso para pasar por el canal nuevo, la goleta hizo su pasaje la mañana del día 17 de mayo de 1905 con toda comodidad.

Las obras de canalización

En el mes de Julio de 1905 tocaban a su término las obras del rio Gualeguaychú.

En ellas se había hecho el primer ensayo de escolleras de piedras, sobre fajinas de sarandí.

Se habían dragado hasta el martes 13 de junio de 1905, 300.000 metros cúbicos, se habían construido 1370 metros de escollera en la que se habían empleado 16.000 metros cúbicos de piedra, extraídas del municipio sur de la ciudad (proximidades arrollo Munilla) y de los campos conocidos por la sucesión Basavilbaso.

El canal tenía actualmente 50 metros de ancho. En el extremo de la escollera para el lado del canal hondo del rio Uruguay (hoy km 3,9, se había colocado sobre solidas columnas de hierro, un gran farol luminoso que señalaba la entrada al canal.

A la salida del rio Gualeguaychú colocarían un semáforo; se colocaría un semáforo para indicar la altura de las aguas.

Terminando el dragado del canal, las dragas realizarían los siguientes trabajos:

En el Paso Cancha Larga, dragarían de cuatro a cinco mil metros cúbicos de tierra y arena, en el Paso La Guardia, con la maquina  Derrocadora “108 C”, compuesta de pilones de doce toneladas, se quebraría un banco de piedra (tosca) de 940 metros cúbicos, e igual cosa haría en el Paso Martin Chico, donde se extraería 540 metros de piedra y por último en el muelle se dragarían 8.800 metros cúbicos de arena.

La derrocadora

La derrocadora “108 C” del Ministerio de Obras Publicas que se encontraba trabajando en el Paso la Guardia, continuaba sus operaciones con muy buenos resultados, aun cuando no la favorezca el lecho del rio, formada por un banco no del todo firme.

Hasta la fecha contaba con un personal no hecho cuyo mejor funcionamiento era atendido por el ingeniero mecánico Emilio Pereyra, pero no obstante los trépanos daban 700 golpes por día, reduciendo las piedras a trozos pequeños de uno y dos kilos, lo que favorecía su extracción por medio de las dragas a baldes.

   Terminando en este Paso, la Derrocadora pasaría a trabajar en los Pasos Martin Chico y Saladeros, donde tendría trabajo para una larga temporada.


año 1903


año 1907


año 1903

año 1907


Parte de la comisión a bordo rumbo a bs as, año 1902


Inauguración de las obras de canalización, colocación de la piedra fundamental de las obras por el ministro Emilio Civit 1904.


MOP 108C, DERROCADORA


MOP 108C, DERROCADORA


MOP draga 9 C


IMAGEN ILUSTRATIVA PARA OBSERVAR EL MAREOGRAFO (FOTO DE LA DECADA DEL 40)


IMAGEN ILUSTRATIVA PARA OBSERVAR EL MAREOGRAFO (FOTO DE LA DECADA DEL 40)


IMAGEN ILUSTRATIVA PARA OBSERVAR EL MAREOGRAFO (FOTO DE LA DECADA DEL 40)



CANALIZACION RIO GUALEGUAYCHU, ESCOLLERAS Y PASO LA BARRA 1906-1912

2da parte Años 1906-1912

Año 1906

Corriendo el año 1906 se volvían a hacer denuncias graves, sobre la imperfección de los trabajos del dragado en el Río Gualeguaychú.

La canalización del riacho

Sábado 3 de Marzo de 1906. Los inconvenientes surgían a cada paso, el comercio seguía sufriendo perjuicios, el pueblo protestaba y el río continuaba impidiendo la libre navegación, debido a esto no se podía contar todavía con un vapor directo y no era posible porque el río no permitía la entrada de ninguno.

Y se pensaba que se había hecho bien el trabajo de canalización, según lo justificaba la profundidad que en ese momento era de 5.5 (5 ½) pies de agua, pero el vapor “DELTA” con media carga no pudo salir, por lo tanto, tres pies más de agua resolverían el punto. 

El riacho, trasbordando, jueves 15 de marzo de 1906

El afán de Gualeguaychú era tener un canal para le exportación de sus productos, pero para conseguir esto, se necesitaba el nombramiento de una comisión del pueblo, porque lo que se hacía no era suficiente.

El canal nuevo que prácticamente se quería limpiar no resolvía nada, faltaba un paredón de piedra como el ya existente al sur y el canal debía tener 200x1000 metros.

Sin esto, Gualeguaychú no tendría el anhelado vapor directo y el señor Mihanovich era el más interesado en establecerlo.

Si no se construía la otra escollera, todo sería en vano, nunca quedaría libre el río a la navegación y seria en vano.

La Derrocadora del M.O.P, jueves 28 de Junio de 1906

En la próxima semana llegaría la Derrocadora “108 C”, con el objetivo de darle 9 pies de profundidad a los Pasos “La Guardia”, “Martin Chico” y “Saladeros”, principales obstáculos que no permiten la entrada de buque de algún calado.

Este trabajo se haría condicionalmente, es decir, vendrá la Derrocadora, siempre que la creciente del Río Uruguay, no le permita trabajar en el Paso Hervidero y Corralito.

La Derrocadora “108 C”

Termino los trabajos en el Paso La Guardia y el jueves 27 de julio de 1906 empezó en el Paso Martin chico, frente a los Saladeros.

 

Año 1907

Pro-puerto y ramal

El mes de Abril el intendente de Gualeguaychú doctor Díaz, convoco al vecindario a una reunión con el fin de arribar a algo en favor del puerto de Gualeguaychú.

Respondiendo a la invitación los vecinos concurrieron el martes 30 de abril de 1907 a la casa Municipal, en donde después de deliberar sobre el motivo objeto de la reunión, se resolvió nombrar una comisión compuesta por los señores Luis Clavarino, Gustavo De Deken y doctor Emilio Marchini, actuando como secretario el doctor Pastor E. Britos, para que confeccionaran el plan de los trabajos y aconsejen el procedimiento más viable para lograr el mejor éxito en favor de los trabajos del puerto y ramal Ibicuy.

Se trató además de convocar al vecindario para una reunión en un local que oportunamente se designaría y a las 3 P.M., para dar al pensamiento la autoridad de una sanción popular.

Gualeguaychú estaba de pie, dispuesto a velar por sus más sanos intereses y alistado para decirle a los poderes públicos del abandono que se le relegaba por ignorancia.

Del seno de una numerosa asamblea, formada por vecinos de los más representativos de Gualeguaychú, surgió la comisión definitiva que bajo la denominación de “Comisión permanente para la defensa de los intereses de Gualeguaychú”, debía arbitrar los medios que la condujeran a la feliz realización de los problemas de capital importancia para Gualeguaychú, que eran la canalización del Río Gualeguaychú y ramal ferrocarril a Ibicuy.

La comisión quedo compuesta de esta manera:

Presidente: Señor Luis Clavarino

Secretario: Doctor Pastor E. Britos

Vocales: Señor Joaquín Goldaracena, Dr. Santiago C.  Díaz, José Gavazzo, Angel Fravega, Juan José Buschiazzo, Dr. Domingo Idiartegaray, Gustavo De Deken, Dr. Emilio Marchini, Luis Sechi, Salvador Rossi, Manuel Polo (hijo), Alfredo Spangenberg, Sixto Vela, Florentino Rodriguez y Emilio M. Goyri.

Fueron aprobadas por la asamblea, las bases propuestas por la comisión provisoria, las que consistirían en solicitar del gobierno de la Nación la canalización del Río Gualeguaychú en una profundidad de 20 pies en la boca y de 12 pies en el resto del río, averiguar la inversión de los fondos votados por el Congreso Nacional para los trabajos del río; solicitar una comisión técnica especial y autónoma para que vigile los trabajos de canalización, constituir una subcomisión para que gestionara del Gobierno de la Provincia, la no aprobación de los planos del ferrocarril al Ibicuy sino consienten que el ramal de Gualeguaychú parta de esa estación del ferrocarril y por último, solicitar del pueblo toda una contribución pecuniaria de 0.50 centavos mensuales pagados trimestralmente, para formar el fondo que ha de hacer frente a los gastos que demanden los mencionados trabajos.         

Destacamento Boca del Gualeguaychú

En el mes de Junio del corriente año se dio comienzo a la construcción de un edificio en la boca del Río Gualeguaychú, en los campos del señor Unzué, para establecer un destacamento de la Subprefectura, con una dotación de 5 marineros y un ayudante de segunda.

Puerto de Gualeguaychú

Diario “La Prensa” del jueves 12 de septiembre de 1907, trajo un enérgico artículo, en el que se concentraban cargos graves contra el ingeniero Julio Henry.

Decía el articulista, que las piedras y barros extraídos por la derrocadora, habían sido arrojados en el mismo lecho del río, en lugares donde la profundidad blanqueaba y donde debían efectuarse mejoras.

En el Paso Cancha Larga, se había construido un canal transversal, para desviar la navegación y que desconsideradamente había obstruido la antigua ruta, la más corta, más ventajosa y tan profunda había sido, que los navegantes la preferían a desprecio del canal transversal construido.

La derrocadora había operado donde jamás había pasado un velero, dejando a 20 metros una roca que dificultan la navegación de noche.

“La Prensa” termina diciendo, que todo lo que deja expuesto y algo más que no publicaron por falta de espacio, figuraría en el legajo que la comisión departamental entregaría al ingeniero delegado del Ministerio de Obras Públicas.

Pro-puerto

Una comisión formada por los señores: senador Emilio Marchini, diputado Alfredo Elías y Ciriaco Bustamente, se ausentaría de la ciudad con destino a Buenos Aires, el domingo 22 de diciembre de 1907, por asuntos relacionados con nuestro puerto.

Iban designados por la Comisión Defensa de los Intereses departamentales.

Comisión pro-puerto

Se presentó el domingo 22 de diciembre de 1907 en Buenos aires, la comisión que gestionaba los trabajos del puerto. Formada, además de por los caballeros nombrados, por el diputado señor Fiorentino Rodriguez. 

La Comisión pro-puerto

El lunes 23 de diciembre de 1907 regreso de Buenos aires, la Comisión pro-puerto, encargada de gestionar ante los poderes públicos Nacionales, la pronta realización de las obras portuarias de Gualeguaychú.

Regresaron sumamente complacidos del éxito de sus gestiones.

En el Club Recreo Argentino, se reunió la comisión nombrada a expresar sus resultados junto con la Comisión Directiva de Intereses Departamentales.

 

Año 1908

Puerto de Gualeguaychú, martes 21-1-1908

Fue aprobado el proyecto de ampliación de las obras de acceso al puerto de Gualeguaychú, que comprendía en la construcción de una defensa más en la desembocadura del Río Gualeguaychú, profundizando los pasos existentes en el río y la del canal de la barra a 9 pies.

El presupuesto fue de $ 937.526 

Farola en malas condiciones, martes 28-1-1908

La farola situada en el murallón (escollera Sur) de la boca del Río Gualeguaychú, se encuentra en malas condiciones y no alcanza a verse, por ese motivo, a una distancia mayor de 200 metros, cuando su poder debía comprender un radio de 5 millas.

En el estado que se encontraba era un peligro para la navegación.

Puerto de Gualeguaychú, jueves  6-2-1908

El Ministerio de Obras Públicas, paso una nota al Ministerio de Hacienda, pidiendo la entrega de 300.000 pesos, para pagar durante el corriente año 1908, los trabajos de profundización de nuestro puerto.

Las obras constarían más de 900.000 pesos, dándole una profundidad de 9 pies.

La opinión del ingeniero Pagniard, 26-8-1908

El señor ingeniero A. J. Pagniard, visito Gualeguaychú con el objeto de estudiar sobre el terreno las peculiaridades del Río Gualeguaychú, comprobar la exactitud de los estudios oficiales y aconsejar a la Comisión de Intereses Departamentales sobre el mejor y más útil empleo de la suma a votarse por el Honorable congreso, para la ampliación de las obras existentes.

Para la Comisión Departamental, que se reunió en su local de la calle 25 de Mayo y en vista de los planes oficiales, significo categóricamente que la obra útil y eficiente, que debía hacerse era según su criterio, prolongar la defensa construida (escollera Sur) hasta el nivel del canal mayor del río Uruguay y construir la otra del costado Norte hasta la misma altura y que con ello se aseguraría la conservación indefinida del canal acceso al río Gualeguaychú,  que con poco costo se podía excavar hasta la profundidad de 15 a 17 pies; asegurando así mismo el ingreso de buques de Ultramar hasta Cancha Larga, por tener nuestro río análoga profundidad hasta dicho punto, ósea, la mitad de su curso, desde la boca al puerto.

Su opinión difería sustancialmente del informe oficial anexo a los planes y presupuestos de la obra de canalización a nueve pies y que dará origen a la ley del Congreso, porque la división de Obras Hidráulicas proyectaba solamente la construcción de la defensa Norte hasta la altura de la ya existentes defensa Sur, con lo que se tendría un canal de conservación precaria sujeto a frecuentes rellenos y en condiciones de dar asidero a argumentos que descalificaban la obra transcendental y práctica, y económicamente realizable de convertir al Río Gualeguaychú en puerto de Ultramar.

Las defensas hasta el canal mayor del Río Uruguay, eran obra de la naturaleza, que venía formando bancos tendientes a convertir en lagunas y esteros, la enorme ensenada que blanquea la desembocadura del Río Gualeguaychú. Con ello se anticiparía su obra 50 años.

Por lo demás, planos oficiales, tenidos merced a enérgicas gestiones de la Comisión Departamental, habían desautorizado la leyenda de impracticable de obras portuarias de importancia en Gualeguaychú. No había obstáculos materiales de costosa extracción en el fondo del río, todo era barro y tosca degradable en Cancha Larga.

Los pasos La Guardia, Martin Chico y Saladeros era obra relativamente insignificante.

La x del problema portuario, consistía en las defensas, que el señor Pagniard proyectaría en forma económica y estable, para que constituyeran una prolongación del cauce del Río Gualeguaychú y sea lo que lo mantenga limpio y aun lo profundice.

El señor Pagniard haría un proyecto y exposición breve justificando su tesis y abordaría la ejecución de las obras, una vez concluidos los trámites para lograr su aceptación, haría la comisión ante el Ministro de Obras Públicas.

El señor Pagniard era una autoridad en obra hidráulica y su opinión franca y categórica, libre de prejuicios, había sido en síntesis general, aceptada por la Comisión Defensa Intereses Departamentales.

Las obras portuarias

Sanción de la cámara

El día 22 de septiembre de 1908, el señor Jefe de la Policía Don Emilio M. Goyri, recibe telegrama del diputado Nacional ingeniero Méndez Casariego, que le hacía saber la sanción que en la cámara de que formaba parte, obtuvo el proyecto de dragado y balizamiento del Río Gualeguaychú.

Gualeguaychú, el pueblo luchador y laborioso por excelencia, que tantas veces se vio postergado en sus legítimas aspiraciones, estaba en vía de ver colmados sus anhelos de cincuenta años.

El proyecto en cuestión entusiastamente auspiciado por la representación entrerriana ante el parlamento argentino, debía de ser definitivamente sancionado por la otra cámara puesto que lo fundamentaban la más estricta justicia.

El progreso en todas sus manifestaciones, reclamaba insistentemente la realización de las obras que removerían los óbices de que obstruían el desenvolvimiento económico de Gualeguaychú.

Río hondo y boca expedita, era lo único que se pedía para dar escape a las energías del progreso que buscaba expandirse.

Fuera injusto, no recordar la gratitud que se merecía, a nuestra representación nacional, bregadora incansable, hasta obtener la preciosa realidad que deferentemente informó el diputado ingeniero Méndez Casariego.

Uno de los más destacados trabajadores en las obras de dragado y limpieza del río fue Luis Clavarino.

El dragado del Río Gualeguaychú, 14-12-1908

Para esa semana se anunció el arribo de la derrocadora para trabajar en la limpieza de nuestro río a cargo del señor Ramón Raña y en breve, llegarían dos dragas para dar profundidad a 9 pies.

 

Año 1909

La derrocadora, 19-1-1909

Se encontraba trabajando en el Paso Cancha Larga

Trabajos en la boca

Llegaron el día 19 de enero de 1909 a la boca del Río Gualeguaychú, el ingeniero Duboscq y personal a su cargo, de las dragas que trabajaban allí, con procedencia de C. del Uruguay, en el vapor del Ministerio de Obras Publicas “AYACUCHO”.

La mayor de las dragas que trabajaban en la boca, fue llevada a Concepción, por estar casi a terminarse la limpieza del canal y no ser necesaria por estar la draga chica con la que se terminarían los trabajos.

Por el puerto, 6-3-1909

Continua la draga trabajando en los malos pasos de Cancha Larga y la Derrocadora, funcionaba rompiendo piedras en el Paso Saladeros frente al frigorífico del señor Nebel (donde luego se construyó el frigorífico Gualeguaychú, solo queda de aquel frigorífico Nebel la chimenea)

Por el puerto, 29-5-1909

Se encontraban 12 buques y vapores amarrados en el muelle del puerto.

La Derrocadora se encontraba trabajando en el Paso Martin chico pulverizando las piedras allí existentes.

La draga trabajaba en el Paso Cancha Larga, extrayendo la piedra que había roto la derrocadora. 

En breve se daría comienzo a la construcción en la Boca del Río Gualeguaychú del nuevo murallón sur de 2600 metros de largo.

Por el puerto

Se embarcaron el 10 de agosto de 1909 en la chata del Ministerio de Obras Públicas, los 20 peones contratados para los trabajos que se realizarían en la construcción del segundo murallón en la boca.

El 11 de agosto de 1909 fueron contratados 27 peones más, los cuales fueron llevados en la chata referida, al paraje conocido por “Quinta Gaitan” para efectuar la fajina. Aun se precisaban mayor personal, y su número aproximado era de 200 a 250 peones.

24 de septiembre de 1909

Frente a los malos pasos que existían en los Saladeros se habían colocado 4 boyas para indicar a los navegantes la ruta que debían tomar. Este trabajo fue efectuado por el personal de las obras del puerto de Gualeguaychú, a cargo del ingeniero Roberto Duboscq.

También en esos días, se daría comienzo a la construcción del nuevo edificio para la ayudantía que tiene instalado en la boca del Río Gualeguaychú la Subprefectura. Los planos indicaban que se trataba de algo muy bueno.

Para nuestro río, 24-9-1909

La Dirección General de Obras Hidráulicas, había autorizado la inversión de $ 4800, para la adquisición de 10 mil metros cúbicos de piedra con destino a las obras de la defensa Norte a construir en la boca del Río Gualeguaychú.

Aviso a los navegantes, 27-11-1909

La jefatura del puerto, puso en conocimiento, que se dio comienzo con la construcción de la defensa Norte en la boca del Río Gualeguaychú.

Esta defensa situada a 150 metros del canal recto existente y a 250 metros de la defensa Sur, estaba marcada con palos y jalones.

Según el estado del río se colocaba la piedra en la línea trazada y en puntos diferentes, lo que se hacía saber por ofrecer peligro a los buques de poco calado que entraban y salían, que no siguieran el derrotero del canal.

 

Año 1910

Continuara…















 
 Puerto Gualeguaychú
 
 Puerto Gualeguaychú
 
 Zona Puerto, isla Ubajay


Zona del puerto mirando desde las inmediaciones de la isla Ubajay

 
Zona del puerto mirando desde las inmediaciones de la isla Ubajay
 
 El Puerto, islas Libertad y Ubajay, mirando desde la balsa
 
 Isla Ubajay mirando desde el puerto hacia las balsas y astilleros (hoy balneario municipal)

Isla Ubajay mirando desde la balsa y astilleros (hoy balneario)





  


El Censor (1900-1912)
 

Actualidad
ESCOLLERAS: Comienzan en el KM. 4,0 con fondo de barro y arena, es una de las zonas más bajas a encontrar a lo largo de la parte balizada del río Gualeguaychú. Tiene una longitud de 1900 metros por 6 metros de ancho del lado SUR margen derecha y 3000 metros por 6 metros de ancho del lado NORTE margen izquierda. Construidas de piedras, con una separación entre ellas de 250 metros. Se encuentran demarcadas por 11 balizas Espeque ciegas. La separación de las boyas en el par del KM. 3,9 es de 220 metros y la existente entre par del KM. 5,1 de 130 metros, aproximadamente. En el KM. 6,6 asoman a pelo de agua cuando la altura del río marca 1.20 metros en la escala, en el KM. 5,1 al 1.40 metros y en el KM. 3,9 a los 0.50 m. Entre el KM. 5,1 y el KM. 6,6, sobre la escollera NORTE se formó, por sedimentación, una isla denominada “Isla de los Cañones”.




Fotos: Rio Gualeguaychú, altura en bajante en la escala 0.50 cm de dest. boca del Gualeguaychú
 
Escollera Sur (1904-1905), mirando desde el km 3,9 al km 5,1-boca del Gualeguaychú 
 


 
Escollera Sur (1904-1905), mirando desde el km 5,1 al km 3,9-rio Uruguay
 
 
 

 Escollera Sur
 

 Escollera Sur (nacimiento)
 
 
 
 Escollera Norte (1909-1910), mirando desde el km 3,9 al km 5,1-boca del Gualeguaychú 
 

 

 Escollera Norte (1909-1910), mirando desde el km 6,6 a la Isla De Los Cañones y km 5,1





 
 
Escollera Norte (1909-1910), mirando desde el km 5,1 al km 3,9-rio Uruguay
 
 
 

PASO LA GUARDIA

Navegar con precaución, a ambas márgenes de este paso existen algunas toscas.

Se encuentra balizado por las siguientes Boyas:

KM. 8,6: Boya Verde ciega (3,10 m. al cero). S 33°04.247’-W 058°26.308’

KM. 8,9: Boya Verde ciega (3,30 m. al cero). S 33°04.232’-W 058°26.502’


PASO CANCHA LARGA

La profundidad a encontrar en este paso, desde el km 13 hasta la cancha del Este, oscila entre los 2.90 metros y los 8.40 metros al cero.


PASO MARTIN CHICO

Navegar con precaución, dentro de este paso se encuentra una pequeña isla de piedras con el nombre de Isla Martín Chico y desde la entrada y hasta la salida de este paso  sobre la margen derecha existen piedras.

Se encuentra balizado por las siguientes Boyas:

KM. 19,5: Boya Verde ciega (2.40 m. al cero). S 33°02.118’-W 058°30.437’

Línea de tensión: Pasando el KM. 19,5 se encuentra una línea de tensión  de 23 metros al cero.

KM. 19,7: Boya Verde ciega (5.10 m. al cero). S 33°01.882’-W 058°30.450’

 
 
PASO SALADEROS

 A ambas márgenes de este paso existen piedras, por lo que se recomienda navegar con precaución.

Se encuentra balizado en su entrada por la Boya Roja ciega KM 19,9, siguiéndole la Boya Roja ciega KM 20,1 y en su salida por la Boya Roja ciega KM 20,3.

KM. 19,9: Boya Roja ciega (7.60 m. al cero). S 33°01.798’-W 058°30.448’

KM. 20,1: Boya Roja ciega (3.70 m. al cero). S 33°01.650’-W 058°30.480’                                                   

Muelle Frigorífico Gualeguaychú: Ubicado sobre la margen derecha (3.20 m. al cero).                                              S 33°01.607’-W 058°30.507’

KM. 20,3: Boya Roja ciega (3.2 m. al cero).  S 33°01.532’-W 058°30.455’

Chata Baggio 1: Varada y semihundida sobre la costa en la margen izquierda en las inmediaciones del KM. 20,3. S 33°01.548’-W 058°30.407’


CUARTERON DEL RIO GUALEGUAYCHU

      Al llegar a la Isla de la Libertad, tomar por el canal principal de Babor que pasa frente al Puerto, aquí las profundidades oscilan entre los 3,90 y 7 metros al cero. En la punta NORTE de la isla de la Libertad navegar con precaución, a ambas márgenes se encuentran restos de piedras que quedaron con motivo del retiro de una pequeña isla de piedras que se encontraba en el medio del canal.
 
                                                                                                    Arturo Zubillaga

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